Profesionales y aficionados del deporte, un mal gesto, un movimiento inadecuado, puede provocar que nos lesionemos los ligamentos cruzados que se encuentran en la zona de la rodilla. Pero ante una lesión, ¿cómo saber que se trata de una lesión de los ligamentos cruzados? ¿Cuáles son los síntomas que tendremos que sentir en el momento de la lesión para conocer el diagnostico?
En primer lugar lo que sentiremos será como una especie de chasquido en la zona de la rodilla seguido de un intenso dolor en la región. A la hora de levantarnos o comenzar a caminar nuevamente notaremos gran dificultad para poder apoyar nuestra pierna, incluso pudiendo llegar a no poder usar la pierda para caminar, debiendo ayudarnos de muletas o similares para poder caminar hasta que nos sometamos a una intervención que nos solucione el problema.
Otro síntoma frecuente es la inestabilidad que sufrirá la articulación de la rodilla lesionada, así como cierta inestabilidad a la hora de de caminar. Cabe decirse que otro de los síntomas más habituales es que cerca de unos 70% de los deportistas que se dañan esta región de la rodilla pueden sufrir un derrame hemático (sangre) en las siguientes veinticuatro horas después de producirse la lesión. Como consecuencia de la lesión tanto el estiramiento como el movimiento de extensión de la articulación dañada se limita muchísimo, lo cual provoca que aquel que ha sufrido la lesión tienda a colocar la rodilla en posición de semiflexión.
Si no se pone solución rápida, la lesión de ligamentos cruzados ocasionará inflamación en la región, ya sea moderada o extrema. Es precisamente por este motivo que cuando mejor se puede realizar el diagnóstico de dicha lesión es cuando acaba de producirse. Para poder realizar la valoración de la lesión el especialista deberá realizar diversas pruebas antes de dar una valoración exacta de la lesión concreta.